Villar de Plasencia

En perfectas condiciones se mantiene aún en nuestros días el puente romano de Cáparra, gracias a las remodelaciones de que ha sido objeto a lo largo de los siglos.

De origen incierto, la población de Cáparra llegó a ser municipium de Roma con el emperador Vespasiano. Su privilegiada situación en la Vía de la Plata impulsó su crecimiento.

Cáparra fue una ciudad importante en época romana. Hoy en día se conservan restos de esa gloria, entre los que destaca su peculiar arco de cuatro caras.

El Roble del Romanejo se ha ganado el título de árbol singular por su potente estructura y el sobrecogedor volumen de su copa.

Sus impresionantes alcornocales y la singularidad de sus afloraciones graníticas hacen de Valcorchero un paraje único.

Este monumental castaño cobijó a los habitantes de Casas del Monte después de que las tropas napoleónicas quemaran la villa.